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Villaescusa de Palositos

Despoblado, hoy anexionado a Peralveche

Dirección

Villaescusa de Palositos

GPS

40.5932399, -2.5313995

Dirección

Villaescusa de Palositos

GPS

40.5932399, -2.5313995

Villaescusa de Palositos

Antiguo pueblo, hoy despoblado, y casi borrado del mapa, perteneciente a la provincia de Guadalajara del que todavía se conservan como testigos de la vida cotidiana de la población rural, su iglesia y su cementerio. Sus casas, calles, plazas, ayuntamiento, colegio y fuentes hoy han desaparecido, aunque hasta hace poco más de 40 años todavía cumplieran con su función, ya que este pequeño pueblo estuvo habitado hasta que en 1977 se anexionó a la localidad de Peralveche, cuando la despoblación ya había llamado a las puertas de Villaescusa de Palositos.

Esta pequeña localidad que cada vez menos conocen tiene su historia documentada desde tiempos de la Reconquista en el siglo XI. En el año 1085 pasó a formar parte de la Corona de Castilla, en concreto a Común de Villa y Tierra de Huete, quedando fuera de otros señoríos, y recibiendo el título de Villa. Perteneció a la provincia de Cuenca hasta 1834 cuando, junto con otros muchos pueblos vecinos, pasaron a ser parte de la provincia de Guadalajara. Finalmente es en 1977 cuando pierde su independencia y se anexiona a Peralveche, uno de los pueblos con los que limita.

En cuanto a su asentamiento, se sabe, que los primeros residentes en Villaescusa de Palositos fueron edificando sus viviendas en torno al arroyo de la Hoz que posteriormente fue conocido como arroyo Ompólveda, poco a poco hasta llegar a los pies de un pequeño cerro conocido como Cerro de La Coronilla, es aquí donde, sobre los restos de una posible atalaya de origen árabe, se edificó el edificio más importante del conjunto urbano de esta localidad, su Iglesia Románica dedicada a la Virgen de la Asunción, como muchas otras en estas tierras de Castilla.

La Iglesia de la Asunción de Villaescusa de Palositos procede del románico tardío, y es un ejemplo clave de este estilo tan escaso en Castilla-La Mancha, concretamente se erigió entre los siglos XII y XIII, y uno de sus sillares está grabado con el nombre de su constructor, “Gilem fecit hac eclessiae”, reza. En 2012 fue declarada BIC, con el objetivo de preservar este enclave del patrimonio, aunque a día de hoy, cada vez aumenta más el miedo de que colapse, ya que no se ha realizado trabajo alguno para evitar este fatídico final, salvo un intento de traslado provocado por unos antiguos dueños, que acabó en fracaso, y el cuál dejó la iglesia mucho más debilitada al haberla despojado de su tejado. Ejemplo de estas consecuencias es su espadaña, el lugar donde se alojaba su campana, el cuál podemos ver a simple vista, como mantiene un complejo equilibrio desde hace casi dos décadas.

Pero no todo ha sido malo en la historia de la Iglesia de la Asunción, hoy perteneciente al Obispado de Sigüenza-Guadalajara, ya que entre 300 y 400 años después de su construcción inicial, se llevaron a cabo trabajos que la dotaron de una mayor importancia y riqueza, ya que entorno a finales del siglo XVI y principios del XVII le fueron incorporados un órgano y un dorado retablo de estilo plateresco con bonitas pinturas datadas en el siglo XVI, algo que sin duda destacó un poco más la belleza de este bonito templo, y que hoy está instalado en otro lugar, concretamente en la iglesia de Romancos, localidad del municipio de Brihuega. Lo mismo le ha sucedido a su pila bautismal del Románico, que actualmente sigue cumpliendo su función en la iglesia del Santísimo Sacramento de Guadalajara.

Actualmente puede parecer que Villaescusa de Palositos no cuenta con grandes atractivos ni una situación estratégica, pero en los mejores tiempos de esta pequeña villa, en sus paisajes alcarreños a 1100 metros sobre el nivel del mar, de onduladas montañas y monte bajo cubiertas de cereal y carrasca, la situación era bien diferente. Por aquí se daban paso dos rutas de gran importancia como eran la Cañada Real de Aragón a Andalucía y el Camino de la Lana.

Por un lado, en determinadas épocas estas tierras servían de paso imprescindible para conectar los lugares que enviaban o recibían la trashumancia anual, viendo pasar de ida y vuelta a grandes rebaños que hacían las invernadas en tierras más cálidas del sur, y por otro lado, con la Ruta de la Lana, se estableció un paso estratégico para conectar tierras burgalesas, con los importantes productores de ganado ovino y del comercio lanar, de gran importancia en los siglos XVI y XVII en ciudades como Burgos, que se estableció como la capital de este comercio, reuniendo cada temporada a esquiladores, comerciantes y ganaderos que hacían del ganado su modo de vida y su sustento.

El Camino de la Lana tiene su final en Burgos, donde se une con el Camino Francés desde hace siglos, después de haber recorrido casi 700 kilómetros atravesando parte de las dos Castillas desde las provincias de Alicante o Valencia, y a día de hoy es una de las opciones para recorrer el Camino de Santiago que más fama está cogiendo por su distancia, dureza y por conservar la esencia más pura del peregrinaje a Santiago de Compostela.

Pero como todo en Villaescusa de Palositos, el tema de los caminos y del libre transitar por su término, no es fácil, ya que desde hace varios años (ya demasiados), parte del pueblo fue comprado (otra parte no, lógicamente) por un empresario que vio en el abandono de lo rural y la despoblación su nicho de mercado. Según atestiguan sus actos, ha pretendido convertir lo que otrora fuera un pueblo con vida, en una finca privada donde dar caza a lo que allí se encuentre, borrando todo aquello que sus habitantes recordaban, hasta llegar a borrar el propio trazado de sus calles.

Y como con sus calles, con sus caminos, con nuestros caminos, con los caminos de todos, a los cuales se les ha puesto una valla, un candado y hasta un guarda para evitar que cualquier persona ajena a lo que alguno considera de su propiedad transite con libertad, por lo que, amigo peregrino, mientras esta situación no se solucione, el Camino de la Lana, ha sufrido algún desvío de su trazado original para poder rodear lo que hoy, sólo son vallas en medio del campo.

Para intentar revertir esta situación junto con el continuo deterioro de su Iglesia, en 2006 nació la Asociación de Amigos de Villaescusa de Palositos, los cuales cada año, junto con numerosas asociaciones castellano-manchegas relacionadas con el Camino de Santiago, organizan la ya denominada “Marcha de las Flores” en la que, con los permisos necesarios, acuden al lugar de origen de muchos de sus integrantes, y depositan flores a sus familiares allí enterrados, unos como homenaje, otros como protesta y muchos con ambos objetivos.

Protestan por el apatísmo, por la desidia y por el olvido de su pueblo y su patrimonio, por permitir que se cierren y se corten caminos y por hacer desaparecer todo lo que allí había, pero sobre todo lo que se reivindica, es que todo esto acabe y se preste la atención que se merece y el cuidado que necesita a su iglesia de la Asunción, dentro de la lista BIC, y que año tras año va perdiendo consistencia, perdida en el olvido de los responsables y las instituciones que lo permiten.

Actualmente el futuro de Villaescusa de Palositos es bien diferente a lo que muchos habían pensado, el 3 de marzo de 2021 se publico un proyecto que pretende ocupa 350 hectáreas (alrededor del 12% de su término municipal) con una planta productora de energía fotovoltáica, con alrededor de 400.000 paneles solares divididos en tres partes que mandarán la energía obtenida a la subestación de El Peral, en los alrededores de Budia, que se encargará de agrupar la energía procedente de las plantas de Budia Norte, San Andrés y Peralveche, que será con el nombre que se conocerá a esta subestación transformadora que ocupará parte de Villaescusa de Palositos.

Por último nos gustaría compartir un párrafo de la Revista ABARCA del año 2020, con el cuál nos sentimos cómplices: “Es cierto que Villaescusa tiene nulas posibilidades de parecerse en nada a lo que un día fue, pero su patrimonio puesto en valor, unido al patrimonio de los pueblos de nuestro entorno, si puede ayudar a tejer una red que mantenga con vida los pueblos que formen parte de ella.”

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