Villanueva de las 3 Fuentes
Poblado antiguamente conocido como La Chaparrilla, hoy convertido en finca particular
Dirección
Villanueva de las 3 Fuentes
GPS
40.4766969, -1.7552507
DESPOBLADO DE VILLANUEVA DE LAS 3 FUENTES
Como reza el título, Villanueva de las Tres Fuentes es hoy un despoblado, hecho que lleva aconteciendo desde hace más de cuarenta años. Hasta el siglo XIX era conocido con el nombre de La Chaparrilla. Es uno de aquellos a los que el avance les supuso el fin; muchos pequeños pueblos o villas que vieron como su gente desaparecía para buscar lugares menos hostiles donde la vida fuera un poco más fácil.
Hay que buscar grandes motivos, la verdad, para entender como puede abandonarse un lugar así, pero entendemos que no todos, por bonitos que fueran tuvieron las mismas posibilidades. Si hablamos de belleza, Villanueva de las Tres Fuentes, posee uno de los entornos más bellos de toda esta zona y es ejemplo clave de la orografía de Sierra Molina.
Rodeada de bosques de pinar donde su densidad no deja apenas pasar la luz del sol, además de ese paisaje tan característico resultante de las agrupaciones de sabina rastrera, dando el aspecto tan vistoso de este tipo de arbusto dióico. Grandes praderas donde el agua y el alimento para el ganado abundaban, además de ese relieve ondulado en continuo sube y baja.
Y frío, mucho frío, el verano aquí es un regalo, pero en invierno la situación era dura. Actualmente Orea, es el municipio más alto de toda la provincia de Guadalajara con sus 1.502 metros, pero de ser Villanueva una localidad con algún vecino, la superaría por 18 metros, lo que se traduce en inviernos prácticamente aislados, con nevadas que perduraban durante semanas o incluso meses.
Actualmente, la manera más directa de ir es desde Orea, la cuál está a unos 12 km (5 por pista asfaltada y el resto por camino) aunque existen numerosas pistas que la comunican con Griegos, Guadalaviar, Tragacete o Checa, además de poder acceder también desde la zona del puente de las tres provincias, donde se unen Guadalajara, Cuenca y Teruel.
En cuanto a lo que podemos ver hoy en día, es lo imaginable en un sitio donde el peso de 40 años en soledad se ha dejado caer. Pocas son las construcciones que conservan todos sus muros en pie, todos los tejados han vencido y cualquier material que no sea piedra, ha desaparecido.
Una verdadera lástima contemplar cuál es el resultado final de unos hogares que en su día cumplieron su función de albergar y ver crecer a una familia rural, con sus costumbres y tradiciones, con su forma de trabajar y con sus ansias, siempre, de poder otorgar a los suyos un futuro mejor.
Por último mencionar que actualmente, es una finca particular, y hay numerosas advertencias que nos prohíben el paso, echo que se repite de forma recurrente en estos pequeños pueblos olvidados, aunque sí lo deseamos, podemos verla perfectamente desde el camino, ya que se encuentra prácticamente junto a él.