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Ruta de la Rambla Malilla

Ruta corta pero preciosa a la vez que peligrosa

Dirección

Inicio en Rambla Malilla

GPS

40.478423696571, -1.8538803085269

Dirección

Inicio en Rambla Malilla

GPS

40.478423696571, -1.8538803085269

Ida y Vuelta 5,5 Km  |  Desnivel 50 m  |  Duración 2 h  |  Ruta A píe

Ruta de la Rambla Malilla

En uno de los lugares más escondido de todo el Parque Natural Alto Tajo, se encuentra el Barranco de los Huecos, también llamado Rambla Malilla, nombre dado por los lugareños gracias al carácter traicionero de su cauce en días de lluvia, ya que, aunque parezca imposible, sus aguas afloran inesperadamente del subsuelo.

La ruta que hay que seguir es el último tramo de la Rambla Malilla, la cuál convierte su cauce en un asombroso barranco, que recorreremos hasta su desembocadura en el Río Tajo, formando un alargado e impresionante estrecho de gran valor y belleza.

Al comienzo, la Rambla Malilla, corre pequeña, pero aún corre, y poco a poco, conforme vamos caminando hacia sus juntas con el Tajo se va secando, hasta que acaba por esconderse totalmente, dejando un lecho pedregoso, que cada vez va tomando mayor tamaño, llegando a formar uno de los más profundos y estrechos barrancos que podemos encontrar en esta zona. A veces solo alcanza unos 6 metros de anchura o quizás algo menos, contrastando con la altura de sus paredes que muchas veces rondan los 30 metros y son totalmente verticales.

Al principio las piedras se entremezclan con los matorrales de la zona, sobre todo zarzas y rosales en las orillas del lecho del arroyo, pinos y sabinas en las laderas, y algún que otro charco que acaba por desaparecer.

El paso es estrecho, no hay senda y tenemos que caminar por las piedras, a veces de un tamaño considerable, incluso dar algún que otro salto, esto hace el caminar lento y costoso, más aún si pensamos que no podemos dejar de mirar hacia arriba, para ver el espectáculo de los cortados, y al mismo tiempo hacia abajo para no caernos.

Al cabo de una media hora, empezamos a oír correr agua sin poder verla, esta a punto de aflorar. El barranco se abre, las grandes rocas empiezan a desaparecer y nos vemos rodeados de pinos y de un incipiente río que salta entre las piedras, transparente como el cristal, y en un instante caudaloso hasta el punto de tener que buscar como vadearlo. La dificultad está en que cuando aflora lo hace entre dos grandes rocas a las que no tenemos acceso, y cuando podemos llegar al lecho ya es lo suficientemente profundo como para tener que buscar piedras que nos ayuden a cruzarlo.

Cuando esto ocurre, entramos en un denso pinar por el que caminamos unos dos minutos. El pinar desaparece casi de repente y se abre una verde explanada, rodeada de montes en los que los picachos rocosos emergen entre los pinos.

Justo en las juntas con el río Tajo, se abre un gran meandro, el agua verde como es la del Tajo siempre, cristalina, brillando con los reflejos del sol. Es un lugar totalmente salvaje, sereno, puro, olvidado de todos, menos de los pastores que llevan por allí sus ganados.

Esta ruta no se encuentra señalizada ni balizada correctamente, si que hay pintadas blancas y amarillas, correspondientes a algún sendero local, pero no son visibles ni suficientes como para poder hacer este sendero solamente guiado por las marcas del camino. Aunque en este caso concreto, al tratarse esta ruta en su totalidad de un cañón que termina con la confluencia con el río Tajo y no haber ningún tipo de desvío no hay perdida posible. Si que hay que prestar especial atención a llevar buen calzado ya que hay tramos que literalmente hay que ir saltando entre rocas de gran tamaño.

<< ¿Cómo llegar?

Para acceder a la ruta, lo primero que tenemos que tener en cuenta, es que vengamos de donde vengamos, está lejos, y nos toca circular por caminos y pistas forestales durante unos cuantos kilómetros. Para nosotros, por nuestro emplazamiento el camino más cómodo para llegar, es el que parte de la localidad de Orea (aunque también se va sin problemas desde Checa o desde Guadalaviar).

Nos dirigimos desde Orea hacia el área recreativa fuente de la Jícara, pero no llegaremos, unos kilómetros antes, nos encontramos con un desvío en nuestro camino a nuestra derecha, que nos saca de la pista asfaltada para adentrarnos por un camino un tanto pedregoso en su inicio, que nos conduce dirección al despoblado de Villanueva de las Tres Fuentes. Una vez lleguemos al despoblado seguimos continuando por la misma pista que tomamos al principio y seguimos todo recto por ella durante unos cuantos kilómetros (son muchos, no te desesperes que llegarás).

Pasaremos por el desvío que nos lleva a la ermita de San Lorenzo (perteneciente a Checa, y desde donde vendríamos si hubiésemos iniciado nuestro camino en esa localidad), y poco después llegaremos a otro desvío donde el camino gira a la izquierda con dirección al puente de las tres provincias, muy próximo ya, al nacimiento del río Tajo. Es aquí donde nosotros abandonamos el camino por donde venimos y tomamos el desvío que sale, y continúa recto, justo en la curva.

Una vez en esta pista mucho más pequeña, estamos rozando nuestro destino, sólo hay que continuar recto una vez más, atravesando campos de cereal, que son un paraíso en la berrea, y un denso bosque, el cuál desemboca en la maravillosa explanada donde aparcaremos nuestro vehículo, y desde donde iniciaremos nuestra ruta de la Rambla Malilla.

Señalización e Inicio de la Ruta

Como hemos mencionado, no existe una señalización clara, que nos permita realizar la ruta íntegra sin sobresaltos, existen algunas marcar pero poco visibles y muy escasas, por lo que para más seguridad en nuestra ruta, descarga el track.

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