II Semana de la Arqueología de Castilla-La Mancha
Esta semana arranca la II Semana de la Arqueología de Castilla-La Mancha, el motivo es celebrar y dar a conocer el día 28 de Julio, el día del arqueólogo, y para ello se han diseñado diferentes actividades que pretenden visibilizar el trabajo diario de todas las personas encargadas del Patrimonio Arqueológico de nuestra región.
En el Parque Natural del Alto Tajo tenemos que destacar la jornada de puertas abiertas que tendrá lugar este próximo 28 de Julio al yacimiento arqueológico de Castil de Griegos, situado en las afueras de la población de Checa, justo enfrente de su conocida Aguaspeña.
Durante la visita tendremos la oportunidad de descubrir todos los secretos que guarda este pequeño castro de la mano de un equipo de excelentes arqueólogos y voluntarios que día tras día y año tras año se dejan la piel, ya desde el 2004, para resolver cada uno de los acertijos que nuestros antepasados dejaron en estas tierras de Sierra Molina.
Castil de Griegos
Este curioso yacimiento lleva despertando la fascinación de los vecinos de Checa desde tiempos inmemoriales, ya que era común que mitos y leyendas sobre este cerro, corrieran entre casas y vecinos de generación en generación, y en parte es gracias a este valor añadido, por lo que desde un primer momento, Castil de Griegos, despertó un gran interés, no mayor del que se merece.
Poco a poco, con el paso de los años, y las excavaciones, que milagrosamente se han seguido acometiendo aún en los peores tiempos de crisis, vamos conociendo como fue este asentamiento, pero hemos de decir que no deja de sorprendernos.
Sobre lo alto de un cerro a casi 1.500 metros de altura, que domina un importante valle de tierras fértiles y abundante agua, encontramos un poblado, delimitado por la propia orografía y por un importante foso escavado en la roca caliza, que guarda dos pequeños recintos separados, pero situados uno junto al otro, que atestiguan las diferentes ocupaciones de este enclave estratégico.
Actualmente podemos decir, que los restos más antiguos encontrados en el yacimiento, pertenecen a la Primera Edad del Hierro, entorno al sigol VI a.C., más tarde, entorno al siglo III a.C, han descubierto que se reforzaron los sistemas defensivos, dando como resultado una muralla de influencia heleno-púnica, no vista hasta la fecha en estas tierras.
En definitiva los que aquí vivían disponían de tierras fértiles y abundantes recursos hídricos, defensas más potentes que las de sus vecinos e importantes actividades económicas entorno a la explotación y transformación de materias primas cercanas o recursos como la ganadería y la madera de los bosques, pero con todo ello, posiblemente se encontraron en medio de las guerras cartaginesas y romanas, las cuales ansiaban la conquista del interior de la península, y posiblemente propiciaron la caída de cientos de poblados como Castil de Griegos.
Como fecha de última ocupación se ha establecido el siglo I a.C., por lo que con seguridad, al menos durante 6oo años, el alto de este cerro estuvo habitado, aunque podemos decir, que cada verano esos habitantes, aunque ahora temporales, vuelven a ocupar y recorrer los rincones de este gran yacimiento, con el objetivo de traer a la luz los pequeños testigos que ahora quedan de aquella ocupación.
Por eso este año, queremos invitaros a que os convirtáis en algo más que un observador y disfrutéis de la mano de los “celtíberos temporales”, de todo lo que este espectacular yacimiento y su emplazamiento nos regalan. Sin duda, una visita perfecta para este verano y sobre todo para esta II Semana de la Arqueología de Castilla-La Mancha.
Por último desde nuestra pequeña ventana, queremos agradecer a todos los que durante estos 16 años de excavaciones, han dedicado sus veranos a investigar y poner en valor este yacimiento y todas las herramientas y utensilios que de el han salido, remando siempre en contra de tempestades.
Gracias a Juan Pablo Martínez Naranjo y Jose Ignacio de la Torre Echávarri, dos excelentes arqueólogos, a Daniel Méndez García, por su voluntariado de valor incalculable así como todas sus recreaciones y reproducciones, ahora indispensables, a Checa y su Ayuntamiento por su excelente participación y predisposición, y por último, gracias a los planes de empleo de la Junta de Comnidades de Castilla-La Mancha que han permitido seguir escavando y afianzar todos y cada uno de los valores que hacen de este yacimiento, un lugar que merece la pena visitar.
Es fantastico los descubrimientos de este castro, aun recuerdo cuando tenia 15 años y jugaba en sus ruinas pensando que era un castillo medieval..
La verdad es que si, es un lugar mágico que nos cautivó la primera vez que lo visitamos. Y si ya conoces su historia y el trabajo que durante años se está haciendo para darle el lugar que merece, te quedas prendado de el.