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El acueducto de Zaorejas: Una mirada crítica a su atribución romana

El acueducto de Zaorejas: Una mirada crítica a su atribución romana

El acueducto de Zaorejas, situado en la profunda y verde vaguada de un paisaje que nos evoca a tiempos pasados, ha sido considerado durante mucho tiempo una obra romana. Sin embargo, en un video reciente, en su canal de Youtube, Isaac Moreno Gallo, un destacado experto en ingeniería civil romana, han arrojado dudas sobre esta atribución.

¿Por qué el acueducto de Zaorejas podría no ser romano?

Moreno Gallo, con su vasto conocimiento de las técnicas constructivas romanas, ha señalado que la «fabrica» del acueducto de Zaorejas no se corresponde con los cánones constructivos típicos de la ingeniería romana. Los romanos eran conocidos por su uso del opus caementicium, una especie de hormigón romano, así como del opus quadratum, que consistía en bloques rectangulares de piedra tallada, y del opus mixtum, una combinación de diferentes técnicas. Estas técnicas, junto con su dominio de la hidráulica, les permitieron construir impresionantes acueductos que transportaban agua a largas distancias.

Sin embargo, el tramo restante del acueducto de Zaorejas no parece exhibir estas características distintivas. La ausencia de documentación escrita y de información adicional nos deja con la incógnita sobre su verdadera época de construcción. Como aficionado, me inclino a estar de acuerdo con la opinión experta de Moreno Gallo: es posible que hayamos estado llamando «romano» a este acueducto por mera convención, sin una base sólida.

La «fábrica» romana en cuestión

1. La técnica constructiva:

  • Fábrica: El acueducto de Zaorejas presenta una fábrica irregular, con sillares de diferentes tamaños y formas, unidos con mortero de cal y arena. Esta técnica contrasta con la opus quadratum romana, que se caracteriza por la regularidad y precisión en el corte de los sillares, así como por la disposición en hiladas horizontales.
  • Acanaladuras: Los sillares del acueducto de Zaorejas no presentan las típicas acanaladuras romanas, que facilitaban el ajuste y la unión entre las piedras.
  • Arco de medio punto: El único arco que se conserva en el acueducto de Zaorejas presenta un perfil apuntado, más propio de la arquitectura medieval que de la romana.

2. La ausencia de otros elementos romanos:

  • Epigrafía: No se han encontrado inscripciones o marcas que confirmen la autoría romana del acueducto.
  • Restos arqueológicos: No se han hallado otros vestigios romanos en las inmediaciones del acueducto que corroboren su datación.

3. La función del acueducto:

  • Tramo único: Solo se conserva un pequeño tramo del acueducto, lo que dificulta determinar su recorrido original y su punto de destino.
  • Acequia: La ubicación del acueducto en una vaguada sugiere que podría haber sido una acequia para el riego de campos, en lugar de un acueducto para el abastecimiento de agua a una población. Aunque por otro lado, es posible que estemos ante una obra posterior, tal vez medieval o incluso más reciente, que ha heredado erróneamente la etiqueta romana.

El valor de la duda en la arqueología

Este caso subraya la importancia de la duda y la revisión en el estudio de las obras antiguas. Como aficionado a la arqueología, celebro la posibilidad de que debates como este puedan enriquecer nuestro conocimiento del pasado. No basta con aceptar las atribuciones tradicionales; debemos estar abiertos a reconsiderar y, si es necesario, reescribir la historia a la luz de nuevas evidencias y análisis expertos.

A continuación le dejamos un documento reciente, con información que contradice la hipotesis de Isaac Moreno Gallo:

Conclusión

Como entusiastas de la arqueología, nuestro papel es mantener una mente abierta, estar dispuestos a aprender y a maravillarnos con los misterios que aún encierra nuestro patrimonio histórico. El acueducto de Zaorejas, independientemente de su verdadero origen, sigue siendo un testimonio fascinante de la ingeniería antigua y un recordatorio de lo mucho que aún nos queda por descubrir.