Ermita de San Lorenzo (Checa)
Ermita situada en plena Sierra Molina
Dirección
Ermita de San Lorenzo (Checa)
GPS
40.480152930316, -1.8248891830444
Ermita de San Lorenzo
Esta Ermita de San Lorenzo data del siglo XVIII. Es la más alejada de Checa, ya que se encuentra en Sierra Molina, la zona más salvaje y despoblada del Parque Natural del Alto Tajo. Durante kilómetros y kilómetros nos veremos envueltos en la más pura paz y tranquilidad brindadas por una sobrecogedora naturaleza.
En cuanto a la Ermita de San Lorenzo, tiene una formación de planta rectangular a dos alturas. Está construida en mampostería, con sillares en las esquinas, ventanas y puerta. Actualmente está encalada por dentro y por fuera.La imagen del Santo permanece en la ermita durante todo el año y cada 10 de agosto (San Lorenzo), se realiza una peregrinación a la ermita para celebrar una misa en su honor.
Esta ermita está incluida en una de las etapas del GR-113 «Camino Natural del Tajo», concretamente la etapa 2 entre Villar del Cobo y Ermita de San Lorenzo, acogiendo el final de esta etapa por tierras de Sierra Molina.
Para llegar a ella, lo más fácil es continuar hacia delante por el camino que lleva a la Aguaspeña, desde Checa y después de unos cuántos kilómetros sin desvíos, nos encontraremos a mano izquierda, con la señalización que nos acercará hasta la misma ermita.
En épocas de lluvias conviene no meterse mucho con coches que no estén preparados para ello, ya que se encuentra en una zona donde circula y se acumula mucha agua, así que podemos llevarnos un susto.
En su entorno, podemos disfrutar de las vistas que nos ofrecen amplios campos de siembra, muchos hoy en día ya en desuso y de la impresionante figura que forman las sabinas rastreras, dando lugar a un tipo de paisaje llamado piel de leopardo, por el estampado que apreciamos observándolas desde la distancia. Además desde ésta ermita, podemos recorrer el barranco de los huecos o rambla malilla, siguiendo su seco cauce rambla abajo, hasta llegar a sus juntas con el río Tajo, lugar donde se forma una maravillosa poza, a los pies de unos espectaculares farallones rocosos.
Durante el camino, recomendamos ir bien atentos a las piedras que pueblan el cauce, miles de fósiles de animales del pasado, han dejado su impronta por éstos barrancos, y ahora, se han ido descolgando y arrastrando río abajo, haciendo las delicias de curiosos y amantes de la geología.
Para terminar, podemos recomendar esta ubicación, para todo aquel amante de los animales y la fauna salvaje en incluso de la berrea a finales de septiembre y octubre, en esta zona en las horas del día correctas (atardecer y amanecer), nos encontraremos en un emplazamiento perfecto para poder disfrutar de la multitud de cérvidos que pueblan éste recóndito lugar, al que poco aventurero llega, acompañados siempre por el vuelo de grandes rapaces y buitres que harán las delicias del observador.
Una alternativa para escuchar la berrea o observar ciervos, es un par de kilómetros antes de llegar a la ermita de San Lorenzo, el paraje de «las camareras».